AUTOESTIMA

 

Vivir feliz es vivir amando, amamos tan bien como nos amemos. No podemos dar sin darnos, querer sin querernos, cuidar sin cuidarnos y esperar que salga bien.

Buscamos el amor duradero, sentimos que debe existir, que está allí en algún lugar y que encontrarlo será lo mejor que nos ocurra en la vida. Alguien que nos conozca profundamente y nos acepte sin condiciones, alguien que sepa lo que nos hace felices y nos estimule para avanzar, alguien que nos consuele cuando allí afuera el viento arrecia y el farol se esta quedando sin aceite.

Alguien que permanezca firme a nuestro lado cuando un ser querido se va, que esté cuando enfermamos, y se alegre de nuestras victorias. Alguien que conozca nuestro pasado y lo comprenda, que entienda nuestros sueños y los potencie.

Preguntémonos ¿Quién puede conocerme mejor que yo? ¿Quién puede comprender mi pasado y encarnar mis sueños mejor que yo? ¿Quién puede saber cuando necesito descansar, que lecturas me estimulan, que compañías me hacen bien, que dieta favorece mi salud, que ejercicio mantiene sano mi cuerpo, mejor que yo mismo?

¿Quién puede cultivar mi mente para que se convierta en mi mejor aliado? ¿Quién puede cultivar mis sentimientos para que sólo abrigue buenos sentimientos?

Amarse es condición de amar bien. ¿Cómo puedo confiar en mi pareja si no confío en mi? ¿Cómo puedo perdonar a otros si vivo con culpa y juicios?¿Cómo puedo ser sincero con nadie si me miento? ¿Cómo puedo dar libertad a otros, si sigo con miedo? ¿Cómo puedo alegrarme por el éxito de los demás, si siento que mi vida es pobre?

Podemos olvidarnos de nosotros mismos y llamarle amor a vivir para otro, llamarle amor a ser un satélite, hipotecar la vida en torno a la aprobación de alguien, y cuanto mejor lo hagamos peor será el resultado (mayor será el vacío interior y la necesidad de que nos quieran).

También podemos tomar total responsabilidad sobre nuestra propia vida, convertirnos en nuestro más fiel aliado, comprender el para que del dolor y del error, acariciar con ternura y optimismo las heridas, capitalizar pequeñas y grandes lecciones, agradecer todo y cada cosa, sonreírle al día, apostar por nuestros sueños, creer en nuestro propio corazón y en la vida. Eso es autoestima.