DESPERDICIANDO LA VIDA

NaturComencé a visitar a Isabella porque mi padrino me regaló diez sesiones, un buen día me dijo te espero en el puerto, donde siempre, para una cerveza.

Llegué un poco intigado por la forma en que me convocó, estaba serio. Ordenó cervezas me miró y me dijo “estás desperdiciando tu vida”,  y siguió mirándome, no dije nada y eso fue mucho decir. Soy rápido y hábil dando vuelta las cosas para que parezcan lo que yo quiero. El continuó diciendo “lo sé porque yo tiré por la ventana muchos años de la mía”, se refería a que yo consumía cocaína, me emborrachaba y tenía una serie de actitudes auto agresivas. Pese a un trabajo bueno y un sueldo muy bueno, necesitaba cada mes pedir ayuda financiera a mis padres. Vamos, que mi vida era un desastre.

No sabría decir cuando comenzó el desorden, pero a buen seguro la muerte de mi hermana pequeña fue clave. Me culpé de ello, se mató en la moto regresando de una fiesta con su novio a él no le pasó nada, ni un rasguño. Sentí que si yo hubiera ido con el coche a buscarla, no habría ocurrido, sentí culpa, rabia, odio hacia el novio y culpa por odiarle, y así estuve un tiempo odiándome y odiándole, bebiendo y tomando coca. Perdí amigos, adelgacé 20 kilos, dejé todo deporte.

Hoy comprendo que la cocaína fue mi forma de morir en vida para estar con ella, para no ser feliz si ella no está viva, para  castigarme, para no sentir, para tantas cosas… He dejado mis amistades tóxicas, he ganado peso, hago deporte, ya ni siquiera fumo tabaco, estoy camino de resolver mi última adicción, los juegos en el ordenador. Hace tres semanas conocí a una chica que me encanta y la voy a invitar a cenar, si me dice que si seré feliz,  si me dice que no, no me derrumbaré.

Empecé las sesiones porque me las regalaron,  sin demasiada fe, de hecho si mi padrino me habla sin haberlas ya pagado, creo que no hubiera asistido. Hace dos meses fui yo quien invitó a mi padrino a una cerveza, le dije que me devolvió la vida.

C.S.S