Quizás sea
el hilo
que conecta
el corazón
al sol
y
la luciérnaga.

O ese tejido
misterioso
de pétalos,
amistad
amor, dolor
y pérdida.

Tejido invisible
que mantiene unido
lo que
nunca se separó,
aunque la onda
del Big Bang
y el tiempo,
se hayan estado divirtiendo
en diferenciar
los matices
de Dios.

Resonancia
del sentir,
con todo sentir,
la empatía
es el sello
de la verdadera humanidad,
esa incapacidad
de hacer daño
que define al corazón.

Hay en ella
una tendencia a hermanar
que como goma de borrar
toma el atlas,
y suprime cordilleras,
idiomas, naciones,
fronteras.

Y una amabilidad contagiosa
que abre girasoles
dibuja sonrisas
siembra perdones.

Cuando se profundiza
y se despliega,
se convierte en
compasión,
esa forma sublime
del amor
que bebe
el dolor
de otros.
El hogar
que todos buscamos,
el oasis
de nuestro desierto,
el hombro
en el que
por fin
encuentra alivio
todo pesar nuestro.

Resonancia del sentir
con todo sentir
la empatía
es el sello
que
define
al
corazón.

Resonancia del amor
con todo dolor,
la compasión
quizás sea
el hilo,
que une
el corazón
a Dios.